Cómo limpiar la cadena de una bicicleta

Limpiar la cadena de una bicicleta puede ser todo lo sencillo o todo lo tedioso que quieras hacerlo. Vamos a ver los métodos más prácticos y rápidos para hacer esta tarea.

¿Por qué deberías limpiar la cadena de tu bici de manera habitual? Al final, son dos los motivos principales: rendimiento y longevidad.

Una bicicleta de montaña. o una bicicleta gravel que pasa todo el tiempo por caminos de tierra va a acumular más suciedad en la cadena que una de carretera que ruede únicamente sobre asfalto. El tipo y la calidad del lubricante también es un factor importante.

La presencia de polvo y partículas en la cadena produce fricción, lo que afecta a la fluidez del pedaleo y a los cambios de marchas. A largo plazo, la acumulación de polvo y partículas acaba desgastando la cadena y dañándola, con lo que tendrás que arreglarla o cambiarla mucho antes que si la hubieras revisado habitualmente.

Una vez más, el mundo del ciclismo no se pone de acuerdo en este asunto y al final acaba siendo una cuestión de preferencias personales.

Un desengrasante de buena calidad o un producto de limpieza especial para cadenas es lo que eligen muchos, pero también hay quien piensa que estos productos son demasiado agresivos y quitan demasiada lubricación de los mecanismos interiores de los eslabones.

Una alternativa sencilla es utilizar un cubo de agua templada con unas gotas de detergente líquido o jabón; lo normal es que con eso baste para quitar la suciedad superficial de la cadena.

Si eres de los que se toman muy en serio el ciclismo y el mantenimiento de tu montura, serás de los que prefieren desmontar la cadena para frotarla con meticulosidad. Lo que pasa es que la mayoría de las cadenas no son tan fáciles de desmontar, y para usar este método hace falta más esfuerzo y más conocimientos mecánicos de los que suele tener el ciclista medio.

Ya te puedes imaginar lo complicado que puede llegar a ser con las bicicletas eléctricas e híbridas y sus componentes electrónicos y carcasas que rodean la transmisión, y con un acceso a la cadena más complicado que en las bicicletas convencionales.

Para la mayoría de los ciclistas, dejar la cadena puesta es una opción perfectamente aceptable y que permite realizar una limpieza a fondo.

La mayor parte de las técnicas son eficaces; se trata simplemente de decidir qué te va mejor a ti y a tus circunstancias. Se recomiendan los métodos siguientes porque son flexibles, fáciles de aplicar y pueden utilizarse con la mayoría de las bicicletas, incluidas las bicicletas eléctricas y las bicicletas híbridas.

Quizás la forma más sencilla y menos engorrosa de limpiar la cadena sin desmontarla sea utilizar un limpiador especial para cadenas. Es una herramienta de pequeño tamaño que se fija a la cadena. Contiene un depósito que se puede rellenar con el producto de limpieza que prefieras.

Cuando pedaleas hacia atrás, la cadena pasa entre los cepillos giratorios del limpiador y se elimina la polvo, las partículas y cualquier sustancia pegajosa, al tiempo que se aplica la solución de limpieza a las partes móviles. La mayor parte de la suciedad acaba depositada en el colector del limpiador; cuando termines, simplemente tienes que tirar el agua sucia.

Si quieres obtener unos resultados óptimos, puedes rellenar el limpiador con agua jabonosa y repetir una vez más el proceso de pedalear hacia atrás. En este segunda pasada eliminarás cualquier residuo sólido que haya quedado, tras lo cual podrás frotar la cadena con un trapo limpio y seco.

Además de en las bicicletas convencionales, como las bicicletas de montaña, las bicicletas de carretera y las bicicletas gravel, los limpiadores de cadenas pueden utilizarse en la mayoría de las bicicletas eléctricas e híbridas, lo que los convierte en una opción estupenda. Antes de utilizar un limpiador de cadenas en una bicicleta eléctrica siempre es aconsejable consultar con el fabricante para ver si es compatible.

Sí, tanto con la cadena en la bici como desmontada. Simplemente llena un cubo con agua templada, añade el producto de limpieza que prefieras (puede ser un detergente líquido para vajillas, un desengrasante o cualquier otro producto de limpieza para bicicletas) y utiliza un cepillo de cerdas rígidas para frotar la cadena.

Cuando hayas terminado, da otra pasada con un trapo limpio y con agua jabonosa limpia para que la cadena quede perfectamente limpia. Como siempre, termina la tarea secando minuciosamente la cadena y aplicando un lubricante de alta calidad en todos los eslabones.

Si eres de los que no se preocupan especialmente por tener la cadena impoluta, en la mayoría de los casos puede ser suficiente darle una pasada con un trapo limpio.

Este método mantiene la cadena en un estado relativamente bueno y alargará su vida útil siempre y cuando no haya una gran cantidad de suciedad y se aplique a la cadena un lubricante de buena calidad después de cada salida y cada vez que pases el trapo.