Guía para el mantenimiento de la bicicleta en invierno
No te dejes llevar por el espíritu lúgubre del invierno más severo y protege tu bicicleta con ayuda de nuestros consejos.
Se acercan los meses más fríos del año y el mal tiempo dejará huella en los componentes de las bicicletas de todo el país; ha llegado el momento de proteger tu bicicleta de todo lo que nos trae el invierno, con ayuda de nuestra guía de mantenimiento de la bicicleta en invierno.
En invierno, cuando sales a rodar, lo habitual es que tengas que sacar del armario la ropa de ciclismo más abrigada, elegir carreteras donde sea menos probable encontrarte con hielo y no tardar mucho en llegar a tu cafetería favorita, donde podrás calentarte lo suficiente para volver a subirte a la bici y asegurarte de volver a casa antes de la caída de la noche.
No suena tan mal, hasta que te das cuenta de que probablemente acabarás rodando por carreteras mojadas, cubiertas de sal y suciedad. El mal tiempo afecta a tu bicicleta. Si no cuidas bien la bicicleta para la temporada que se avecina, es posible que las cadenas, los casetes y las cubiertas te duren un suspiro. Debido a los efectos de la sal que hay en la carretera, los baches y las temperaturas más frías, las averías mecánicas son más probables.
Una vez dicho todo esto, es hora de que tu bicicleta y tú os preparéis para disfrutar de todas las aventuras invernales que os esperan.
¿Necesito una bicicleta de invierno?
Existe la opción de utilizar otra bicicleta que sea más robusta y más duradera para las salidas más duras del invierno. Esto significa que puedes guardar tu mejor bicicleta para rodar cuando haga mejor tiempo, y así evitar que las carreteras mojadas y cubiertas de sal corroan los componentes más valiosos.
Cuando hablamos de una bicicleta de invierno, lo habitual es que sea como la que utilizas en verano, solo que de acero o aluminio, y con componentes más robustos. Aunque hay quien prefiere disponer de una bicicleta especial para el invierno, esto no es, ni mucho menos, una necesidad.
Entendemos que no todo el mundo puede permitirse tener una segunda bicicleta solo para el invierno. Entonces, ¿cómo puedes ahorrar dinero y preparar la bicicleta que ya tienes de cara al invierno?
Echa un vistazo a nuestros consejos para preparar tu bicicleta de cara al invierno y así podrás seguir pedaleando durante los meses de peor tiempo.
La luz es esencial
Merece la pena invertir en un buen juego de luces de bicicleta para el invierno, especialmente si sales a rodar en bicicleta de carretera por rutas donde abunda el tráfico rodado. La visibilidad suele ser baja en invierno, ya sea por la lluvia, la niebla o las brumas, por no mencionar el riesgo de que te caiga la noche encima durante una salida con la bicicleta. Es una buenísima idea tener a mano en todo momento un juego de luces de bicicleta de repuesto con las baterías completamente cargadas.
Comprueba que las luces cumplen la legislación de tu país (la StVZO, en el caso de Alemania) y asegúrate de utilizarlas incluso aunque no te parezcan necesarias. ¡Más vale prevenir!
Lleva la bicicleta al taller
Lo primero es lo primero: para que tu bicicleta ruede bien, es importante que esté en las mejores condiciones posibles. Antes de que llegue lo peor del invierno, es conveniente llevar la bicicleta al taller para hacerle el mantenimiento, o, si prefieres encargarte tú, asegúrate de mirar lo siguiente:
- Comprueba que están bien engrasados los rodamientos (dirección, pedalier y tija del sillín)
- Comprueba si los cables del freno y del cambio se han dado de sí (en tal caso, tendrás que cambiarlos)
- Comprueba el desgaste de la cadena de transmisión: la cadena debe encajar perfectamente en los dientes de los platos y los piñones
- Inspecciona los frenos y púrgalos si sabes cómo hacerlo
Comprueba las pastillas de freno
Es esencial que la bicicleta pueda detenerse en lugares oscuros, resbaladizos y de condiciones impredecibles. Las pastillas de freno son relativamente fáciles de comprobar, desmontar y cambiar. El mal tiempo no se lleva bien con las pastillas de freno, y es buena idea comprobar el desgaste antes y después de cada salida.
Las pastillas de los frenos de llanta suelen tardar en desgastarse mucho menos que las de los frenos de disco, debido a que entran en contacto directo con las salpicaduras y la suciedad del asfalto. Las pastillas de freno de las bicicletas de carretera con frenos de disco están un poco más protegidas de los elementos, pero aun así sufren un mayor desgaste en invierno.
En función del kilometraje que tengas previsto hacer en invierno, puede ser una buena idea tener preparadas unas pastillas de freno de repuesto para que puedas volver a la carretera en un pispás.
Monta un juego de cubiertas de invierno
Unas cubiertas de invierno son más resistentes y sufren menos pinchazos. Rodar por carreteras y carriles bici en invierno es comprar papeletas para que te toque un pinchazo. Un juego de cubiertas resistentes es la mejor opción para evitar pasar frío en una cuneta mientras reparas cualquier contratiempo.
Nunca es mala idea cambiar las cubiertas para el invierno y, si además montas unas más anchas, rodarás con más comodidad sobre el asfalto en invierno. Antes de comprar las cubiertas, comprueba cuánto espacio libre para las cubiertas deja el cuadro, a fin de asegurarte de que dispongan de espacio suficiente.
Aprender a arreglar de manera eficiente un pinchazo también te vendrá estupendamente para no pasar mucho frío. Si se te pincha una cámara en ruta, puedes arreglarla con un parche en casa para volver a utilizarla en lugar de tirarla a la basura.
¿Prefieres no utilizar cámara directamente? En tal caso, unas cubiertas tubeless son una opción estupenda. El líquido sellante para tubeless rellena los pinchazos más pequeños para que puedas seguir rodando.
En cualquier caso, viene bien llevar encima una bomba de buena calidad para volver a rodar cuanto antes.
Hazte con un juego de guardabarros
Es posible que unos guardabarros no sean el accesorio más sexy para tu bicicleta, pero, por esta vez, la comodidad se impone al estilo.
Los guardabarros no solo protegen el cuadro y los componentes frente al mal tiempo, sino que además te ayudan a mantener la ropa seca y limpia: monta unos guardabarros para evitar que la trasera del culote y el maillot se manchen con las salpicaduras de agua sucia.
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Saber másLimpia la bicicleta también en invierno
Una bicicleta sucia acaba convirtiéndose en una bicicleta rota. El barro puede corroer en poco tiempo los componentes vitales y acabar costándote más dinero a largo plazo. Y no es solo eso, es que a nadie le gusta montar en una bicicleta mugrienta.
Invierte en buenos productos de limpieza para bicicletas y dedica tiempo a cuidar de ella. Después de una salida, limpia la bicicleta con un trapo para quitar lo peor de la suciedad. Una vez a la semana, comprueba todos los componentes de la bicicleta y lávala a fondo. Para mantener tu bicicleta en buen estado de funcionamiento, basta con dedicarle una hora más o menos.
Aprende a limpiar correctamente tu bicicleta y la dejarás impecable en un abrir y cerrar de ojos.
Evita el frío; pedalea en interiores
El invierno puede ser muy cruel. En lugares remotos y en las ciudades del norte, puede ser particularmente implacable. Habrá días en los que prefieras quedarte en casa y darles caña a los rodillos en lugar de salir a rodar. En algunos casos, esta opción es más segura y más eficaz, y además ¡te evita tener que limpiar la bicicleta!
Si utilizas la misma bicicleta para los rodillos que para la carretera, hazte con un juego de protectores contra el sudor para evitar la corrosión del manillar y la dirección. La sal del sudor se acumula en los resquicios y en componentes de la bicicleta de difícil acceso para su limpieza.
Nuestros consejos para el invierno
El invierno afecta tanto al ciclista como a la bicicleta. Dedica un poco más de tiempo a comprobar el estado de la bicicleta, antes y después de cada salida. Tu bicicleta y sus numerosos componentes te lo agradecerán y te recompensarán con un largo invierno para descubrir paisajes más próximos y más lejanos.
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