Mantente seguro y visible: Elegir las luces adecuadas para pedalear en invierno

Que los días sean cortos y haya condiciones de poca luz hace que las luces sean necesarias para moverse con seguridad. Aquí echamos un vistazo a algunas de las opciones. 

Pedalear en invierno suele significar pedalear en condiciones de penumbra o en la oscuridad. Durante el invierno, hay menos horas de luz, cosa que puede cogerte por sorpresa si sales a dar una vuelta, puedes terminar tardando más de lo que pensabas. 

Las leyes de la mayoría de los países establecen que debes tener luces montadas en la bicicleta entre el atardecer y el amanecer. Debes consultar el sitio web pertinente del gobierno de tu país para conocer la normativa correspondiente.

Algunas luces de bicicleta son impermeables, lo cual es importante si pedaleas en todo tipo de condiciones meteorológicas. Si tu luz no es resistente al agua, considera montar guardabarros para reducir las salpicaduras de la carretera.

Algunas luces de bicicleta también tienen funciones inteligentes integradas, como la detección de tráfico. Cuando un coche se acerca desde atrás, la luz trasera brilla más para garantizar que te vean. Puede parecer algo superfluo, pero, si lo tuyo es el ciclismo de carretera, características como estas resultan interesantes.

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Hay dos razones por las que usar luces de bicicleta, especialmente en invierno: ver y ser visto. La luz de bicicleta que utilices para ver debe ser brillante (consulta la información sobre lúmenes más abajo) y tener un haz enfocado para iluminar la carretera o el sendero que tienes por delante. La luz de bicicleta que uses para que te vean otros usuarios de la carretera debe tener varios modos y ajustes de brillo. 

La mayoría de las luces delanteras de bicicleta se montan en el manillar con un soporte de plástico o metal. Este soporte se fija con bandas de goma de alta resistencia o con tornillos. 

En Alemania, las luces de bicicleta con certificación StVZO tienen un haz plano para evitar cegar a los vehículos que se aproximan. Es importante que las luces de las bicicletas de carretera cumplan estos estándares.

A diferencia de las luces delanteras, las luces traseras de la bicicleta tienen un solo propósito que es que te vean otros usuarios de la carretera. Las luces traseras suelen montarse en la tija de sillín y algunas optan por añadir luces adicionales en los tirantes. 

Las luces traseras brillarán o parpadearán en rojo al igual que las luces traseras de otros vehículos. Estas luces suelen tener varios modos e incluso algunas tienen un brillo variable. 

Es importante conocer la duración de la batería en los diferentes modos. Una luz que ya no alumbra no vale de nada si no has llegado a tu destino. 

Cuanto más larga sea la duración de la batería, más grande y más pesada será la luz. Algunas luces utilizan baterías externas que pueden montarse en el tubo superior, mientras que otras tienen baterías internas. 

La gran mayoría de las luces de bicicleta son recargables. Solo tienes que quitar la luz de la bicicleta y cargarla por USB. Esta es una función especialmente útil si vas al trabajo: solo tienes que poner a cargar la luz a través de tu portátil mientras trabajas y tendrás todo listo para volver a casa. 

El lumen es la unidad de medida dada a la cantidad de luz emitida desde una fuente. Cuanto más alto sea el número de lúmenes, más brillante será la luz.

Si vas a rodar por pueblos y ciudades donde las farolas te guían no necesitarás tantos lúmenes como alguien que esté circulando por una carretera secundaria en medio de la nada.

Alrededor de 200 lúmenes son suficientes para moverte por la ciudad. Si tu ruta te lleva por carreteras sin iluminación, busca una luz de 400 lúmenes o más. Los ciclistas de montaña necesitarán unos 1.500 lúmenes para disfrutar de la bicicleta por el bosque.

Tendrás que tener en cuenta los lúmenes y la duración de la batería. Si una luz solo puede proyectar 200 lúmenes durante media hora y tus desplazamientos diarios son de 45 minutos esa luz no te resultará muy útil.

Más allá de las luces montadas en la bicicleta, uno de los mejores lugares para colocar una luz es en el casco. Colocada en lo más alto y a plena vista para otros usuarios, una luz montada en el casco orientada hacia atrás te ayudará a que cualquier vehículo que se acerque desde atrás te vea sin problemas.  

Una luz frontal también puede ayudarte muchísimo a ver mejor cuando pedaleas en invierno, iluminando el camino en la misma dirección que tu visión.  

Cuando un objeto es reflectante, rebota luz hacia la fuente haciendo que destaque en condiciones de baja iluminación.  

Los elementos reflectantes de la ropa y el equipamiento pueden aumentar la visibilidad en condiciones de poca iluminación, ya sea una chaqueta con detalles reflectantes o un juego de pegatinas reflectantes en la tija o los tirantes.  

Si pedaleas durante el invierno consigue una luz recargable para bicicleta que se pueda usar una y otra vez. Marcas como Knog ofrecen luces de aspecto elegante, con un potente haz de luz potentes y una buena duración de la batería. Si quieres una luz que haga frente a las condiciones más exigentes, recurre a Lupine, que se especializa en luces de gama alta para bicicletas con sistemas de montaje diseñados en colaboración con Canyon.

Una vez que tengas las luces de tu bicicleta podrás pedalear sin importar la hora del día.