Cómo vivir sin coche

Resumiendo: la respuesta es sí.

Comprar un coche y mantenerlo resulta muy caro. Si el precio de comprar un coche no te echa para atrás, el mantenimiento periódico, el coste de la gasolina, el seguro, el aparcamiento y los impuestos van sumando gastos poco a poco.

Una bicicleta puede salirte todo lo barata o todo lo cara que quieras, y los gastos de mantenimiento son mínimos. Por supuesto, tendrás que engrasar la cadena y cambiar alguna pieza de la bicicleta de vez en cuando, pero, kilómetro a kilómetro, la bicicleta sale ganando.

Si todavía no estás dispuesto a dejar el coche por completo, puedes ir al trabajo en bicicleta para ahorrar dinero. Hay estudios que sugieren que es posible ahorrar hasta 1600 euros al año si vas y vuelves de casa al trabajo en bicicleta.

Otro estudio realizado en 2015 reveló que conducir un coche sale seis veces más caro que moverse en bicicleta.

En términos generales, la mayoría de las personas viven en ciudades, en pueblos o en zonas metropolitanas con alta densidad de población y una economía pujante. Los municipios quieren animar a los residentes a vivir y trabajar cerca, y por eso invierten en infraestructura para facilitarles las cosas.

Entre las ciudades más aptas para ir en bicicleta de Reino Unido tenemos Londres, Bristol y Edimburgo, con una amplia infraestructura ciclista que facilita los desplazamientos a pedales.

Vivir lejos del lugar de trabajo o de donde pases la mayor parte del tiempo tiene sus desventajas. La densidad de población es menor y las opciones de transporte público son poco prácticas.

Por eso es más fácil vivir sin coche si dispones de opciones de transporte alternativas: rutas para desplazarte a pie sin peligro, estaciones de tren, autobuses de línea, carriles bici sin tráfico, etc. Es más fácil lanzarse a vivir sin coche en una ciudad o un pueblo donde las opciones de transporte sean abundantes.

El tiempo y el clima también influyen a la hora de moverte por tu zona a pie o en bici. Pero la buena noticia es que existe buena equipación para que los ciclistas puedan rodar con lluvia, y sigue siendo mucho más barata que un coche.

Cuando dejas de usar el coche, te das cuenta de lo cerca que vives de muchos de los servicios que utilizas. No hace falta ir en coche cuando puedes caminar 1 km (entre 10 y 12 minutos para la mayoría de las personas) hasta la consulta del médico o la panadería.

Hay ciudades que se prestan más que otras a moverse a pie o en bici, y descubrirás que llevas una vida más activa si te decantas por una de estas dos opciones.

Si ya has tenido un coche antes, habrás adaptado tu estilo de vida en consecuencia. La idea de cambiar la forma en que haces las cosas a diario puede resultar abrumadora, sobre todo si trabajas o tienes hijos, y por eso queremos darte unos cuantos consejos para facilitarte las cosas.

• Pide al supermercado que te traiga la compra a casa; hoy en día, las tiendas ofrecen la opción de repartir a casi todas las casas. Llevar cargas pesadas o voluminosas en la bicicleta puede resultar engorroso, así que aprovechar el servicio de reparto puede ser una opción.
• Alquila un coche cuando te haga falta: por desgracia, vivimos en un mundo donde la práctica del ciclismo no es (aún) la alternativa más sencilla, y hay veces en que, sencillamente, necesitas ir en coche. Infórmate de los programas de coche compartido de tu zona, o simplemente alquila un coche cuando te haga falta. Sin duda, te saldrá más barato que comprar un coche, mantenerlo y llevarlo al taller.
• Pide ayuda o aprovecha para compartir los viajes en coche con otras personas: si vives cerca de familiares o amigos, seguro que te podrán ayudar cuando lo necesites. Tanto para llevar a los niños al partido del fin de semana, o para subirte al coche de un amigo que va al mismo sitio que tú: cuando necesites ayuda en el transporte, empieza preguntando por tu entorno. Y si te ofreces a pagar el combustible a medias, también te lo agradecerán.

Cuando renuncies al coche, necesitarás una bicicleta que te ofrezca ventajas prácticas similares. Ten en cuenta los siguientes factores antes de decidir cuál es la bicicleta adecuada:

• ¿Qué uso le vas a dar a la bicicleta? Para ir al trabajo, llevar a los niños a la guardería, hacer la compra o hacer recados, necesitarás una bicicleta con portaequipajes o que permita montarle un remolque. Una bicicleta híbrida es ideal para casi todo.
• ¿Dónde vives y adónde quieres ir? El peso de la bicicleta es importante si tienes que subirla por unas escaleras a menudo. Si haces la mitad del camino en tren, ¿es fácil subir y bajar la bicicleta del vagón? Una bicicleta urbana más ligera puede ser la mejor opción para ti.
• ¿Vives en una zona con muchas cuestas y agradecerías un poco de ayuda en las subidas? Eso es justo lo que hace una bicicleta eléctrica.

Si te haces con una bicicleta que te aporte rapidez y eficiencia, cada viaje será un placer. Lo más probable es que no necesites una bicicleta de montaña con doble suspensión para ir al trabajo; una bicicleta tipo commuter debería reunir todas las características que necesitas.