Cómo limpiar tu bicicleta gravel
Lava la bicicleta después de cada salida para reducir su desgaste con nuestra guía rápida y sencilla en cinco pasos.
Cuando pensamos en montar en bicicleta gravel, imaginamos polvorientas carreteras que se extienden en la distancia. Nos imaginamos inmersos en la naturaleza, con el calor que se desprende de la suave grava bajo las ruedas. Volvemos a casa contentos, guardamos las bicis y nos tomamos una bebida fría.
En lo que no pensamos es en el desgaste de las bicicletas (y, reconozcámoslo, en nuestro bienestar emocional) cuando el polvo y el barro se adhieren a los componentes. La fina grava arenosa del terreno actúa como un papel de lija en la transmisión, lo que finalmente provoca un deslizamiento de los engranajes y mucha frustración la próxima vez que montes en bici. Añade lluvia a la mezcla y tendrás la receta perfecta para dejar sin blanca tu cuenta bancaria.
En resumidas cuentas, una bicicleta gravel en buen estado es una bicicleta gravel limpia. La buena noticia es que no tiene por qué ser tan difícil como imaginas. Aquí te lo enseñamos.
La rutina de limpieza ideal
Las ventajas de limpiar a fondo tu bicicleta gravel cada vez que la coges son mínimas. Si sales por carreteras llenas de polvo, lo más probable es que no tengas que dedicar el resto del fin de semana a limpiarla con agua y jabón en profundidad.
Un enjuague rápido después de montar en seco basta para eliminar la fina capa de polvo que normalmente pasa desapercibida entre los distintos recorridos.
Después de una ruta más larga, como por ejemplo, un viaje con equipaje o una carrera gravel, recomendamos invertir un poco más de tiempo y atención.
¿Qué necesito para limpiar mi bicicleta gravel?
Los materiales de limpieza no tienen por qué ser caros ni de uso muy complicado. Durante años, muchos ciclistas han reutilizado artículos comunes del hogar para esta tarea. Además, aparatos como los limpiadores eléctricos y artículos y cepillos de limpieza específicos para bicicletas han facilitado mucho más la tarea.
Marcas como Muc-Off ofrecen una excelente gama de productos de limpieza para bicicletas para ahorrarte un poco de trabajo duro. Sus productos son respetuosos con el medio ambiente y huelen genial; ¿a quién no le gustarían?
Lista de comprobación del equipo de limpieza:
- Manguera de jardín o limpiador eléctrico
- Soporte para bicicleta (opcional, pero toda una ayuda para limpiezas profundas)
- Cubo de agua tibia con jabón
- Esponja
- Trapos limpios o paños de microfibra
- Cepillo pequeño o viejo cepillo de dientes para lugares de difícil acceso
Cinco pasos para una bicicleta gravel limpia
Supongamos que acabas de llegar de hacer una ruta gravel. El tiempo cambió a mitad de camino y has vuelto con una bicicleta prácticamente irreconocible. Planeas salir con la misma bicicleta con tus amigos dentro de unos días.
El lugar ideal para limpiar la bicicleta es al aire libre, por ejemplo, un jardín o un balcón. Si no tienes un espacio al aire libre, una bañera puede bastar.
Recomendamos guardar todos los utensilios o productos de limpieza en un solo lugar. Serán más fáciles de alcanzar y sabrás que tienes todo lo que necesitas ahí mismo.
Retira todos los accesorios: botellas de agua, luces, bolsas, GPS, etc. y coloca la bicicleta en el soporte. Saca las ruedas si lo prefieres y déjalas a un lado.
Es crucial que saques primero todo el barro y polvo que puedas de la bicicleta. La bicicleta (o, más concretamente, la pintura) no necesita una exfoliación completa.
Utiliza un chorro de agua suave de la manguera o la presión baja en el limpiador eléctrico para sacar la mayor parte del barro de la bicicleta. Presta especial atención a la cadena de la bicicleta y al casete.
Puede que las ruedas estén sucias entre las perillas de los neumáticos, por lo que una presión ligeramente mayor podría ayudar a retirar el barro.
Aplica abundante agua y utiliza la esponja y el jabón para empapar la bicicleta.
Trabaja de arriba hacia abajo para que la suciedad baje por la bici. Este método también ayuda a evitar que la esponja se ensucie muy rápido.
Utiliza un cepillo más pequeño para limpiar los recovecos, como detrás de los platos y en la unión del pedalier.
Aplica desengrasante específico para bicicletas a toda la transmisión (platos, casete y cadena) y frota la cadena con un cepillo de dientes o una herramienta de limpieza de cadenas. Las cadenas sucias provocan muchos daños si no se les presta la atención adecuada. Si no limpias la cadena con regularidad, terminarás sustituyendo el casete y los platos mucho antes.
Por último, lava bien las ruedas a ambos lados y limpia entre los radios. Cuanto más tiempo permanezca el barro en las cubiertas, más probable es que queden manchadas. Si tienes neumáticos de color tostado, debes actuar rápido.
Enjuaga la bicicleta y las ruedas con agua limpia.
Ahora es un buen momento para comprobar las pastillas de freno y asegurarte de que te quedan suficientes para la próxima ruta. Los frenos de disco son fáciles de mantener, pero, ante condiciones climatológicas adversas, puede que los tengas que cambiar por un nuevo juego.
Vuelve a colocar las ruedas en el cuadro y gira rápidamente las bielas.
Coge un trapo seco y empieza a secar la bici desde arriba para eliminar el exceso de humedad.
Aplica el lubricante adecuado (húmedo, seco, cerámico) a la cadena, evitando cuidadosamente las superficies de frenado y asegurándote de echarlo con moderación. El exceso de lubricante obstruirá la transmisión y dejará el suelo hecho un desastre.
Comprueba rápidamente el estado de la bicicleta: desgaste de los neumáticos, desgaste de la cadena y cualquier mancha de pintura o abolladura que no hayas percibido mientras estaba llena de barro.
Cuando estés satisfecho con todo, relájate y comienza a planificar tu próxima ruta gravel.
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